miércoles, 8 de junio de 2011

Mi Montaña

Hablaré con el jardín,
hablaré con el que se fue.
Todos quieren mi montaña,
todos quieren mi montaña.

De la mitad de las sombras
la mitad partida siempre...
Solo quedan las alturas,
solo quedan las alturas,

Trepen a los techos ya llega la aurora,
trepen a los techos ya llega la aurora.

Andaré por el corral,
donde no hay cautivos ya.
Pagarán por mi montaña,
pagarán por mi montaña...

Comeré lo que comer,
dormiré y me afeitaré.
La montaña es la montaña,
la montaña es la montaña...

Trepen a los techos ya llega la aurora,
trepen a los techos ya llega la aurora.

Luis Alberto Spinetta

Mi montaña, asi se llama mi tapiz acolchado. El nombre surgió durante la clase de patch de Barguello. Mientras Ceci nos daba las instrucciones para que las formas que eligiéramos se acomodaran en la tela, yo hice un boceto del mío –que resultó ser el más sencillo-. Una curva simétrica ascendente. Al instante, Tere exclamó: “¡eso es una montaña!”, y al instante recordé la canción de Spinetta, y me pareció que era un nombre precioso, una canción preciosa, y con el tiempo, un acolchado precioso. O al menos a mí me lo parece.

Y así, las tardes de Patch en lo de Ceci, las buenas compañeras, las canciones, las telas, van dando sus frutos…. Trepen a los techos ya llega la aurora











sábado, 4 de junio de 2011

Teñidos

Una tarde de sábado soleada, luminosa, con amigas y tiñendo.

Irmi ofreció nuevamente su hermosa casa, nos cocinó, y nos alimentó. Luciana, que también hizo su aporte gastronómico, completó el trío y aportó alegría y experiencia.

El experimento comenzó con cierto nerviosismo porque la experta en teñido (Susy) no pudo venir y nosotras apenas recordábamos la clase de Ceci. Qué si el doble anilinas, que si alcanzaría la solución, que el bicarbonato, que si el vinagre, que si el suavizante del jabón… embriague, primera, acelerador y freno!!! Hasta que entramos en calor y la tarde helada del sábado en San Martín se convirtió en el carnaval de Río. Aquí entrego pruebas de ello